En una reunión informal que surgió del encuentro fortuito en una librería entre él y yo, el Doctor Jeremías Andrópolus me decía que faltaba en el mundo globalizado un estudio antropológico basado en el internet.
Me pareció que se refería al comportamiento de la gente frente a los monitores, tanto aquellos que sólo consumen los ciber-productos como aquellos que los producen.
Pero ante esto el Doctor respondió que más bien convenía analizar el comportamiento estructural del internet para con ello llegar a conclusiones sobre el comportamiento humano. -Es un hijo de la humanidad cuyos genes delatan su procedencia- decía el Doctor seguro de su iniciativa.
Yo por mi parte decidí estudiar un poco al respecto, y aunque no puedo decir mis conclusiones aún, pues no he llegado a ninguna en particular, citaré algunos de los fragmentos que puedo recordar de las palabras del Doctor Jeremías en torno a este tema y, en particular, sobre la memoria:
-En cada conversación, dejamos
cookies en la mente de los otros y los otros en la nuestra. Evocar a una persona siempre implica la revisión de lo que han aportado en el
continum de nuestra memoria. Es por ello que siempre que pensamos en alguien lo hacemos refiriéndolo a un sistema de objetos de la sensibilidad, objetos a veces intangibles pero siempre referidos a su vez a aquellos con los que guardan una relación,
linkeamos una u otra identidad dependiendo de ese sistema de referencias...-
Por el momento es todo lo que citaré. El Doctor me ha encomendado una tarea complicada cuyo fin no creo alcanzar pronto pero que, si atendemos a la complejidad del tema, parece que es otra inserción de la mente en un infinito cuya existencia lo simula posible.
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